domingo, 27 de abril de 2008

Historia de una historia

Hace ya mucho tiempo, dentro de un taller literario en el que yo participaba bastante y ahora casi nada, surgió un ejercicio basado en escribir un cuento a partir de 10 palabras elegidas por otra persona (generalmente escritores) que aparecen en un blog llamado, justamente, Diez Palabras. Creo que fue uno de los ejercicios más prolíficos del taller, ya que dio origen a muchas historias de muchos autores distintos. De mi propia mano, en un primer momento, salieron 2 cuentos: La picazón, que salió de la lista de palabras número 19, de Daniela Gutiérrez y ¡Rataplán!, basado en la lista número 16, de José Antonio Millán. El primero fue publicado en Axxón y el segundo en Alfa Eridiani.
Pero la cosa no terminó ahí.
En un primer momento pensé en escribir un cuento con cada una de las listas existentes (hoy son 410). Para eso, ¿por qué no empezar por el principio? Entonces voy, busco la primera lista y me encuentro con sándalo, penumbra, jacarandá, sombra, cristal, hexámetro, ámbar, runa, anhelar, arena. Esta lista de palabras la armó, aparentemente, nuestro Jorge Luis Borges.
¡Qué tentación! ¿Cómo no usar al mismo autor como personaje? ¿Cómo hacerlo sin caer en algún lugar común?
Al final, y después de mucho pensarlo, el cuento salió, con Borges y las diez palabras, que ahí siguen, aunque no en el orden que figura más arriba.
El cuentito durmió un largo sueño y en especial porque a mí no me convencía.
Hace poco, buscando entre el material que tenía, lo encontré. Y me pareció bastante mejor que en aquella primera instancia.
El asunto fue que, como seleccionador de material para Axxón, no quería que el cuento fuese tratado de manera especial por ser mío. Ni a favor, ni en contra. Así que me inventé un seudónimo y lo mandé así. Quería que el cuento pesara por sí mismo.
El cuento, al menos entre los conocidos que lo evaluaron, funcionó. Y tan bien funcionó el tema del “supuesto autor”, que ahí está, con su nombre.

Y acá viene la última parte de la historia, al menos por el momento. Hasta ahora lo leyeron 155 personas, y salvo un comentario aislado y en privado (que me llegó por error) no supe nada más. ¿Es verdaderamente tan bodrio que nadie se atreve a decir nada?

¿Cómo? ¿Que cuál es el cuento? Creo que no hace falta dar el nombre, con diez palabras como pista y Borges como personaje debería alcanzar, ¿no?

1 comentario:

Alejandro Alonso dijo...

Como dije. Un lindo ciento, y eso que yo no sabía quien lo había escrito cuando lo dije.

Alejandro