lunes, 28 de abril de 2008

Enca, de vacaciones


Así lo agarran sus primeros cuatro años: de vacaciones.
Vean, si no, qué tal le queda la onda Indy.
Lo cierto es que dejó todo a medio hacer: muy fiaca de su parte.

Por lo pronto, les cuento que está disfrutando de lo lindo (creo que puede verse en su cara) mientras yo, acá, tipeando a estas horas de la noche simplemente para desearle un ¡Feliz Cumpleaños, Enca!

domingo, 27 de abril de 2008

Historia de una historia

Hace ya mucho tiempo, dentro de un taller literario en el que yo participaba bastante y ahora casi nada, surgió un ejercicio basado en escribir un cuento a partir de 10 palabras elegidas por otra persona (generalmente escritores) que aparecen en un blog llamado, justamente, Diez Palabras. Creo que fue uno de los ejercicios más prolíficos del taller, ya que dio origen a muchas historias de muchos autores distintos. De mi propia mano, en un primer momento, salieron 2 cuentos: La picazón, que salió de la lista de palabras número 19, de Daniela Gutiérrez y ¡Rataplán!, basado en la lista número 16, de José Antonio Millán. El primero fue publicado en Axxón y el segundo en Alfa Eridiani.
Pero la cosa no terminó ahí.
En un primer momento pensé en escribir un cuento con cada una de las listas existentes (hoy son 410). Para eso, ¿por qué no empezar por el principio? Entonces voy, busco la primera lista y me encuentro con sándalo, penumbra, jacarandá, sombra, cristal, hexámetro, ámbar, runa, anhelar, arena. Esta lista de palabras la armó, aparentemente, nuestro Jorge Luis Borges.
¡Qué tentación! ¿Cómo no usar al mismo autor como personaje? ¿Cómo hacerlo sin caer en algún lugar común?
Al final, y después de mucho pensarlo, el cuento salió, con Borges y las diez palabras, que ahí siguen, aunque no en el orden que figura más arriba.
El cuentito durmió un largo sueño y en especial porque a mí no me convencía.
Hace poco, buscando entre el material que tenía, lo encontré. Y me pareció bastante mejor que en aquella primera instancia.
El asunto fue que, como seleccionador de material para Axxón, no quería que el cuento fuese tratado de manera especial por ser mío. Ni a favor, ni en contra. Así que me inventé un seudónimo y lo mandé así. Quería que el cuento pesara por sí mismo.
El cuento, al menos entre los conocidos que lo evaluaron, funcionó. Y tan bien funcionó el tema del “supuesto autor”, que ahí está, con su nombre.

Y acá viene la última parte de la historia, al menos por el momento. Hasta ahora lo leyeron 155 personas, y salvo un comentario aislado y en privado (que me llegó por error) no supe nada más. ¿Es verdaderamente tan bodrio que nadie se atreve a decir nada?

¿Cómo? ¿Que cuál es el cuento? Creo que no hace falta dar el nombre, con diez palabras como pista y Borges como personaje debería alcanzar, ¿no?

viernes, 18 de abril de 2008

La película a Trascendencia

Tengo el enorme placer de contarles que La ruta a Trascendencia, novela corta de Alejandro Alonso, será llevada al cine. La fuente (oficial, encontrada en los pasillos del BAFICI, Festival Internacional de Cine Independiente de Buenos Aires) asegura que ya está apalabrado/a un/a director/a de renombre, y que en muy poco tiempo se iniciarán las tareas de preproducción. La misma productora asegura que se han iniciado contactos con Carlos Gardini, aunque no se sabe sobre qué obra de este autor se estaría hablando.

Y acá me desperté.
Disculpen, Alejandro y Carlos, que haya expresado un sueño propio sobre obra suya (ninguna de las porquerías que yo escribo merece ser filmada), pero me lo deseo como regalo de cumpleaños.
Así que gracias a ambos por el regalito.

Pero esto me hace pensar si nuestro cine nacional no podría encarar obras de este tipo, suceso muy bien ejecutado en España, por ejemplo, y que está dando muy buenos dividendos, tanto económicos como artísticos. Muchas de las historias de los autores de nuestro medio no necesitan de grandes efectos especiales. Les alcanza con ser bien ejecutadas sobre guiones de excelencia. Y son plenamente posibles.

Bueno, eso. Nada más.
Veremos qué se me ocurre el año que viene :)

martes, 15 de abril de 2008

Se acerca El Día del Minotauro

Dice Luis Pestarini en la web de Cuásar:

“Muy pronto: el nuevo libro de Ediciones Cuásar, El Día del Minotauro, de Thomas Burnett Swann, novela finalista del premio Hugo y seleccionada por David Pringle como una de las 100 mejores novelas fantásticas en lengua inglesa.”


En algunas listas cercanas se estuvo hablando bastante sobre la Fantasía, y en general esos comentarios fueron hechos con bastante desprecio por el género. Esta novela corta hecha por tierra esas afirmaciones.
No voy a hablar demasiado del libro, más allá de adelantar que vale completamente la pena leerlo. Yo, que suelo tirar mucho más para el lado cienciaficcionero de la cosa, encontré muchas delicias dentro de este libro que ya tiene sus años en inglés, pero nunca había sido traducida a nuestro idioma. Puedo decir que:
  • No tiene nada que ver con Harry Potter, pero hay centauros.
  • No tiene nada que ver con El Señor de los Anillos, pero sí hay un conflicto.

El resto habrá que leerlo cuando salga el libro, en una colección que hasta ahora brilla por la calidad y variedad de su contenido.

Ah, me olvidaba: la ilustración de tapa va por cuenta de quien suscribe. Si tenemos que culpar a alguien, ése no es otro que el ya completamente inefable (valga la paradoja) Alejandro Alonso. (A propósito: ¿cuántas veces fue nombrado en este blog?) Claro, mi amigo se quedó calenchu con la tapa de Postales desde Oniris, que al final no salió (la verdad es que le pusieron otra muy, muy fea, que no hace honor al contenido), y ahora anda por ahí haciéndome el honor de proponerme para cosas como estas. Creo que a veces le sale bien: Luis agarró viaje, yo empecé a buscar y proponer ilustradores y a la vez intentar algunos bosquejos propios, bastante distintos a la tapa final, y en eso Luis se suelta con un “Una idea que tenía para la tapa podría ser un primer plano de una mujer de espaldas, desnuda (sólo se ve hasta la cintura), tal vez con el rostro ligeramente perfilado, y detrás la sombra grande del minotauro sobre el comienzo de un bosque. Pero es sólo una idea.”
Desde mi perspectiva, la línea de las tapas de esta colección tenía, en sus dos primeros libros, una identidad basada en la baja variación del color. Lo primero que se ocurrió fue continuar con eso, pero buscar colores que tuvieran fuerza suficiente como para verse aún a costa de no variar mucho en sus tonos. Hasta ese momento yo había realizado dos bosquejos: uno basado en una gama amarillo-anaranjada, bastante clara, y otra en rojo y negro. Con la idea de Luis, al fin pude completar el semáforo.

Así que ahora, con esta luz verde, Luis de vía libre a esta nueva incursión de Ediciones Cuásar.
Yo ya estoy esperando el siguiente.

lunes, 7 de abril de 2008

Otro cauce (2)

La sigo: más de una vez tuve la sensación de percibir una bifurcación en mi vida. Algunas veces fue durante la toma de decisiones que considero importantes. Otras, en cambio, fue al vivir hechos cotidianos, como por ejemplo al doblar en una esquina cuando más de un camino me llevaba a destino.
Cuando ese otro yo se manda en una dirección distinta me pregunto hacia dónde va, si después se reunirá conmigo o seguirá su propia ruta. No es una cuestión de trascendentalidad o de fatalidad, por todo eso que hubiese sido y para mí no fue. Yo que es.
Será por eso que todo el universo cronoelíptico me resulta tan natural, más allá de las diferencias entre lo que yo creo y lo que plantea Alejandro: su universo no se bifurca, muta y sigue un único camino distinto al anterior.
Alguno de ustedes se preguntará a qué me refiero cuando hablo de universo cronoelíptico. Acá va una lista de textos publicados.

miércoles, 2 de abril de 2008

Otro cauce

¿Qué hacer con todos esos caminos que uno no recorrió? ¿Qué habrá sido de esos otros yo que sí se animaron a algunas cosas que yo no, pero no a esas otras a las que yo sí?
Estoy lejos de jugar a Príncipe y Mendigo, pero a veces miro por ahí, buscándolos, espiándolos. A ver qué hacen.