domingo, 23 de mayo de 2010

La historia secreta tras el 455

No, el 455 no es una línea de colectivos, ni es para salir corriendo a jugar a la quiniela. Estoy hablando de la tira 455 de El Encarrilador.
Resumiendo un poco lo que viene pasando para los que no la siguen, al Enca le encomendaron una misión, y para cumplirla deberá abandonar nuestro planeta. Por varias razones, parece que la forma más rápida de llegar a destino será tomar el T.R.E.N. (que no es precisamente ni el Sarmiento ni el Roca) sino un vehículo algo especial. Dado que la estación más próxima está dentro de la nave de Mengano debe salir a su interior (sí, salir a su interior está bien puesto, vayan y fíjense) y en ese interior se encontrará con varias sorpresas.
Pero hay algo que seguramente no sabrá: él está lejos, hablando con Mengano, y no está pendiente de lo que vemos nosotros, los fisgones. Ese personaje que vemos en primer plano es él.
Bueno... no exactamente. Ese que aparece ahí es uno de los primeros borradores de cómo podía verse el Enca, hace algo más de seis años. Posteriormente me decidí por otra vertiente que me resultó más simpática, y también porque en un primer momento, cuando buscaba hacer la tira en pocos minutos, necesitaba trabajar con líneas bien simples. Incluso, en algún momento llegó a tener dos antenas, con lo que prácticamente era un hormiga.
Hoy, cuando no sé por qué abrí ese viejo archivo, lo vi y decidí incluirlo.

sábado, 8 de mayo de 2010

Tengo siete minutos

Bueno, tal vez, tenga algo más que siete.
Como verán, y como sabrán quienes me siguen y/o conocen (¡ja!) ando bastante desaparecido. Es que este año vino como la mona con bolonquis para un lado y para el otro.
No importa: a mal tiempo, la mejor cara posible. Y teniendo cuenta que soy bastante feo, no tuve ni tiempo de festejar los seis años del Enca tal como él se merece. Recién hoy, por fin (y después de un tiempo) me hice tiempo para armar una tira, que ya está en manos de Edu Carletti.
Por otro lado, también sabrán que está disponible el nuevo libro de la colección de Cuásar, El Jardín de las Delicias, de Paula Ruggeri. Reclámenlo en las librerías que suele estar, aunque no muy visible (los lugares bien visibles son más caros que las góndolas de CocaCola en el supermercado), y si no escríbanle al editor, Luis Pestarini, de Ediciones Cuásar.
Pero lo que me trajo hasta acá es un cuento de Saurio. No es la primera vez que hablo de este autor, que es uno de los de mi generación que más me gustan. Escribe bien, variado, filosa y corrosivamente. Pero sobre todo lo hace muy bien: las suyas nunca son historias comunes, y si bien le conozco el estilo nunca sé la cuerda que va a tensar, ni la rosca que le va a dar a esa vuelta de tuerca que siempre tiene a mano. Otro de los buenos autores que siempre podemos disfrutar en Axxón.
Gracias a la bondad de la gente de Axxón (Edu Carletti y Silvia Angiola) pude leer e ilustrar este "Vuelvo en siete minutos", otro cuento con Ignatz Niemand como protagonista. El resultado, recién publicado en el número 207 de Axxón, abajo: