Nos encontramos.
Sí, después de veinticinco años.
Esta vez fuimos uno por cada día de la semana, por cada pecado capital, por cada color del arcoiris; pero seguramente nos multiplicaremos como los panes y los peces.
Lo mejor de todo fue que, después de un cuartito de siglo, seguimos siendo los mismos de siempre.
A ustedes (sí, a ustedes) les digo que les quiero más de lo que pensaba.
Larva de pez robótica
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Las posibilidades de la robótica no dejan de sorprendernos. Parece que casi
cualquier animal puede ser imitado en su estructura corporal básica por los
dis...
Hace 22 horas.
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