domingo, 4 de febrero de 2007

Lamparitas

Hace unos días una iniciativa popular invitó a que, alrededor del mundo, se apagaran todas las luces por espacio de cinco minutos. La iniciativa tuvo cierta efectividad y monumentos como la torre Eiffell estuvieron, durante ese lapso, a oscuras.
No obstante, y más allá del valor simbólico de la medida, considero que la misma no es más que una muestra significativa de la hipocresía de nuestra sociedad. Muchas de esas mismas personas antes y después derrocharon energía, y lamentablemente (y también alarmantemente) ni siquiera se dan cuenta de eso.
Podemos llevar a cabo muchísimas otras medidas que serán bastante más efectivas. Nombro aquí cinco medidas caseras que, por sí mismas, parecen tontas, pero que cumplidas a conciencia no sólo ayudaran a nuestro planeta, sino también a nuestros bolsillos:
  • Minimizar o eliminar el uso de aire acondicionado.
  • No encender luces decorativas.
  • Mantener las luces apagadas cuando no estamos en un cuarto. Lo mismo vale para otros artefactos eléctricos (televisores, audio, etc.).
  • Evitar el uso de lámparas incandescentes.
  • Aprovechar al máximo la luz natural.
Podríamos avanzar más y hablar sobre eficiencia de energía, métodos alternativos para producirla (si pudiéramos crear la energía muy cerca del lugar de uso se evitaría bastante pérdida), pero para eso habría que saber mucho más de lo que sé.

3 comentarios:

Mario Antonio Herrero Machado dijo...

Hola Carlos Daniel,

Tanto tiempo sin escribirte. Muy buenas tus recomendaciones. Deberías hacer una historia sobre el tema, para repartir en las Escuelas.

Un saludo desde Córdoba, Argentina.

Mario Antonio Herrero Machado

Pilar Centeno dijo...

Axxonita:
Muchas gracias por tus mensajes...son muy alentadores.

Me encantó tu blog,
Un beso grande.

Pilar.

Carlos Suchowolski dijo...

Todavía tengo en el borrador de mi blog una referencia a lo del apagón voluntario. No sólo es una hipocrecía sino un acto que fue usado por diversos burócratas para llevar agua a su molino (Zapatero apagó la luz de la Moncloa, y tal vez hasta la de su casa) y muchos más para justificar su puesto en las organizaciones de las que viven en todo o en parte. Y también ha servido para que un montón de inocentes crean que han hecho algo poco menos que "revolucionario". ¡Qué tiempos! Creo que esto es lo que habría que denunciar para combatir el opio actual de los pueblos.
Carlos
suchowolski@gmail.com
http://unanuevaconciencia.blogspot.com/index.html