No obstante, y más allá del valor simbólico de la medida, considero que la misma no es más que una muestra significativa de la hipocresía de nuestra sociedad. Muchas de esas mismas personas antes y después derrocharon energía, y lamentablemente (y también alarmantemente) ni siquiera se dan cuenta de eso.
Podemos llevar a cabo muchísimas otras medidas que serán bastante más efectivas. Nombro aquí cinco medidas caseras que, por sí mismas, parecen tontas, pero que cumplidas a conciencia no sólo ayudaran a nuestro planeta, sino también a nuestros bolsillos:
- Minimizar o eliminar el uso de aire acondicionado.
- No encender luces decorativas.
- Mantener las luces apagadas cuando no estamos en un cuarto. Lo mismo vale para otros artefactos eléctricos (televisores, audio, etc.).
- Evitar el uso de lámparas incandescentes.
- Aprovechar al máximo la luz natural.